Con el entrenamiento en relajación podemos
conseguir controlar el propio nivel de activación. En muchas ocasiones las actividades de la vida
cotidiana nos superan, debemos atender a demasiadas exigencias a la vez, y
nuestra capacidad de respuesta se ve rebasada por el incremento de demandas que
desde el exterior se nos realiza. La continua y persistente solicitud de
nuestra atención acaba logrando que la capacidad de respuesta disminuya hasta
resultar inadecuada.
Cada persona convive bien con cierto nivel de
estrés, por encima de ese límite la sensación de inseguridad, nerviosismo,
angustia incluso, impiden el funcionamiento correcto de las capacidades
intelectuales, emocionales y físicas, llegando a producirse un deterioro en las
mismas capaz de afectar profundamente a la salud física y mental.
El uso regular de técnicas de relajación puede ser
provechoso, sin importar que otras cosas uno haga para controlar el estrés. Escoja un lugar y un momento en que nada vaya a
distraerlo y nadie vaya a molestarlo. Una vez que haya acostumbrado a su cuerpo
y a su mente a relajarse, podrá alcanzar el mismo estado de tranquilidad en
cualquier momento que quiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario